El CETA y las PYMEs: impacto comercial a nivel de empresa

CETA: de las expectativas a la realidad

El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la UE y Canadá (CETA) ha sido un acuerdo comercial muy visible y debatido en Europa. De hecho, sigue debatiéndose, como hemos visto con el reciente voto negativo en el Senado francés. Durante las negociaciones sobre sus posibles efectos, el CETA fue objeto tanto de esperanza (Kirkpatrick et al., 2011) como de crítica, entre otros aspectos, por su posible efecto negativo sobre las pequeñas empresas de la UE (Corporate Europe, 2016). Su impacto y, en general, el impacto de los acuerdos comerciales, ha sido ampliamente analizado. Sin embargo, dada la naturaleza integral de los TLC, sus efectos tienden a ser complejos y difíciles de cuantificar.

Crecimiento macro y micro

Imagínense ustedes que tienen un pequeño comercio con tres empleados. La pandemia de covid y la guerra de Ucrania –dos shocks de oferta de primer orden– han deteriorado gravemente la rentabilidad de su negocio. Por un lado, los costes de la electricidad se han disparado. El propietario del local le ha subido el alquiler (indexado por contrato a la inflación). Los tipos de interés han encarecido la hipoteca con la que financió la apertura de su tienda y los bancos se muestran cada vez más reacios a seguir financiando su circulante. Ha tenido que subir el sueldo a sus empleados y se ha visto obligado a elevar los precios de sus productos, pero muy poco, ya que tiene miedo de que sus clientes se pasen a la competencia. Llega a casa y en el telediario le dicen que la economía va muy bien, que ha crecido un 2,5% (bastante más que la media europea), y usted no entiende nada.

La economía sube, pero por un sendero peligroso

El Banco de España acaba de presentar sus proyecciones macroeconómicas para 2024-2026, y del documento parece extraerse un cauteloso optimismo. La institución ha revisado al alza sus perspectivas de crecimiento para la economía española en 2024 hasta el 1,9%, tres décimas más de lo que preveía en diciembre. Las buenas noticias son que la ralentización de la economía europea no va a más, la inflación parece moderarse (con una previsión del 2,7% en 2024 e inferior al 2% en los dos años siguientes) y las subidas adicionales de tipos de interés parecen ya improbables (el Banco Central Europeo los mantuvo en el 4,5% en su última reunión).

Europa se está quedando atrás

A finales de los años 90 del siglo pasado la Unión Europea decidió profundizar su mercado único y al mismo tiempo crear el euro, con considerable éxito. Pero entonces competía con otras potencias y sus empresas se encontraban en la frontera tecnológica. Dos décadas y varias crisis después, las empresas de Estados Unidos lideran la tecnología mundial y las empresas europeas se están quedando atrás, tanto en inversión en capital como en investigación y desarrollo y productividad. Entre 1995 y 2007, el crecimiento del PIB por habitante en Estados Unidos fue muy superior al de la zona euro, y cuando llegó la crisis financiera de 2008 Europa había acumulado una pérdida de productividad del 20%.

Lecciones de las protestas agrícolas

Las recientes protestas de los agricultores –no muy distintas en España de las vividas en otros países europeos– son una seria llamada de atención a los gobiernos sobre los errores a la hora de diseñar algunas medidas de política económica y medioambiental. De las protestas podemos extraer al menos seis lecciones.

Regular por regular, mal

¿Creían que el Brexit había terminado? Pues no, aún colea. El 1 de febrero el gobierno británico lanzará la primera etapa de su nueva política de control en frontera de productos vegetales y animales importados de la Unión Europea. Estos controles los habían pospuesto ya cinco veces desde que entrara en vigor el Acuerdo de Comercio y Cooperación entre la UE y el Reino Unido en enero de 2021, debido al miedo a que espolearan la inflación. Pero alguna vez había que empezar: desde ahora los productos animales y vegetales europeos requerirán un certificado sanitario (al igual que los que la UE exige en frontera a los productos británicos) y mucho papeleo adicional. En una fase posterior, a partir del 1 de mayo, comenzarán las inspecciones físicas (aunque no se sabe de dónde van a sacar los muchos inspectores necesarios para lograrlo).

Nuevas reglas fiscales europeas: tres aciertos y tres errores

El Consejo de la Unión Europea acordó el pasado 20 de diciembre un nuevo marco de reglas fiscales. No es aún definitivo, ya que algunos aspectos han de ser discutidos con el Parlamento Europeo, pero será muy parecido al diseño final. Como es habitual en el proceso legislativo europeo, el resultado salido del Consejo es bastante más enrevesado que la propuesta de la Comisión, ya que intenta incorporar las distintas exigencias de los Estados miembros y eso no resulta fácil. La reforma, en cualquier caso, tiene tanto aciertos como errores.